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Título: La chica del tren
- Autor: Paula Hawkins
- Editorial: Planeta
- Fecha: 2015
- Lugar: Barcelona
Paula Hawkins es la autora de La chica del tren, una novela cuyo género se enmarca en la novela negra y cuya publicación ha llevado a Hawkins a la fama. El don que la autora posee a la hora de describir a los personajes así como la atmósfera oscura con la que baña las páginas de la novela han hecho de La chica del tren un thriller psicológico adictivo a ojos del lector.
La escritora inglesa Paula Hawkins (26 de agosto de 1972) nació y creció en Salisbury, Zimbawe. A la edad de 17 años se trasladó a Londres. Gracias a sus estudios de Filosofía, Política y Economía trabajó durante 15 años en la sección económica del periódico The Times. Su experiencia como escritora se constriñe en 4 novelas románticas que firmó bajo el seudónimo de Amy Silver y, en suma, La chica del tren, la primera novela que firma en su nombre y que categoriza como thriller psicológico.
El argumento del libro se centra en la desorganizada vida de Rachel, una treintañera que no roza su mejor momento: ha perdido su empleo, no consigue superar una ruptura amorosa y se ve involucrada en una investigación policial por asesinato. Para colmo, debe litigar con los espacios en blanco de su vida que le provoca su adicción al alcohol.
La estructura de diario a tres voces en la que está escrita La chica del tren casa con la trama de paranoia y suspense que crea Hawkins. Son Rachel, Megan y Anna las mujeres que narran el argumento. Con este recurso, Hawkins no solo consigue proporcionar una versión de la novela desde tres miradas distintas sino que también logra que el juicio que el lector va adquiriendo sobre la protagonista sea una constante variable dependiendo de la voz en la que confíe. Así, la escritora consigue que la trama sea tan escurridiza como adictiva.
Otro de los recursos con los que la autora juega en su océano de suspense es la tensión narrativa. Con ella hilvana cada página de la novela. El flashback es un recurso técnico recurrente y adquiere la forma de capítulo con la voz, sobre todo, de Megan. Los diálogos entre los personajes ayudan a recrear escenas desde distintas percepciones. La marcada personalidad de los personajes, bien diferenciados y descritos por Hawkins, contribuye a alimentar un ambiente de confusión que en algunos puntos no permite discernir entre qué es real y qué es imaginario.
Es digna de análisis la personalidad de la protagonista principal, Rachel, una alcohólica hacia la que el lector siente desconfianza a la vez que empatía, pues ella misma no puede confiar en sus recuerdos al ser éstos deformados por su adicción. Rachel se convierte en el “mejor narrador no fiable”, según el periódico The Times. La autora se ha asegurado así un bucle sentimental entre Rachel y el lector que pasa del amor al odio de capítulo tras capítulo. La inteligente terquedad con la que sorprende Rachel recuerda la de Alice Gould en Los renglones torcidos de Dios del escritor Torcuato Luca de Tena.
El best-seller La chica del tren cumple con una estructura de thriller cocinada gracias a una trama en la que sus personajes están perfectamente perfilados, los ambientes recreados al detalle y unos capítulos que, pese a los flasbacks, el lector ubica en tiempo y espacio gracias a la fecha escrita en ellos. El page-turner o pasa páginas de La chica del tren, a pesar de contar con un final ínfimamente predecible, establece un ritmo literario invasivo que empuja al lector a leer la historia y a querer comprenderla desde la psicología de su principal protagonista, desde la mente de Rachel.
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