Categoría: Oda al poeta Página 1 de 2

La décima del cemento

La ciudad como escenario
deja sorda a mi poeta.
No me rima ni una letra,
no relleno un poemario.

El gato del dolor

Un gato en blanco y negro. Fuente: www.nubika.es

Un gato en blanco y negro. Fuente: www.nubika.es

La lectura, al contrario de la escritura, es un placaje al desamor. Un buen libro acaricia el gato del dolor, lo adormece mientras en Utopía, Wislawa Szymborska te fulmina con: “Si hay alguna duda, el viento la disipa”. Y aquí en Cádiz hay mucho de eso, de viento. Levante, poniente. Y de duda, también. Me quiere, no me quiere: el deshoje de la margarita.

Bajo mi piel, 5 mujeres

Las Pouso. Fuente: www.ritapouso.com

Las Pouso. Fuente: www.ritapouso.com

Mi abuela sacude inviernos en todas sus latitudes.
Lleva el hogar en los poros,
dibuja fronteras con tiza.

Tierra

Parque Natural de los Toruños, Cádiz. Fuente: www.ritapouso.com

Parque Natural de los Toruños, Cádiz. Fuente: www.ritapouso.com

Tierra.

Recoges semillas, sostienes raíces. Eres arena, eres planeta. Eres ríos, eres océanos. Eres atmósfera, eres viento.

Tierra.

Eres lugar común del expatriado y camino del migrante. Dueles en lejanía, matas en guerra. Te agrietas en sequía, floreces en época fértil.

Primavera escrita en invierno y publicada en verano

Cerezo en flor. Fuente: www.ritapouso.com

Cerezo en flor. Fuente: www.ritapouso.com

Del polen que quedó enganchado a las patas de la abeja
cuando el insecto fue a beber del néctar de la flor,
ya solo queda la azucena.

De la semilla que mi abuela plantó en el terreno de Vigo
cuando el hueso fue el despojo de un tentempié entre horas,
ya solo queda el níspero.

Mi madre en los espejos

Margaritas rodeadas de margaritas. Fuente: www.ritapouso.com

Margaritas rodeadas de margaritas. Fuente: www.ritapouso.com

Mama; desde que empecé a viajar te he encontrado en todos los espejos de todos los países y todas las ciudades en las que he vivido.

En Marrakesh, aquella noche en la que rompí a llorar por perderme las Navidades en familia, te miré en el espejo del restaurante en el que trabajaba y me recordaste lo fabuloso que es gozar de la libertad de elección y que la decisión de seguir viviendo la experiencia árabe recaía únicamente en mí.

9 de abril

Abuelos

Abuelos. Fuente: www.ritapouso.com

Ya han pasado dos años desde tu último cumpleaños en persona y me parece inverosímil.

Inverosímil que tu cuerpo ya no esté presente y que le des alas a mi escritura, estancada y hecha trizas. No tan rota como mi corazón, abuelo, que tiembla cada vez que te pienso y que me duele cada vez que revivo esa última semana fatídica.

Je te vois partout

Abriendo ventanas, cerrando heridas. Besançon, 2018. Fuente: www.ritapouso.com

Abriendo ventanas, cerrando heridas. Besançon, 2018. Fuente: www.ritapouso.com

Digas lo que digas, quítame las telas que me impiden poros compartir.

Mi abuelo, mi superhéroe

Mi abuelo y yo. Fuente: www.ritapouso.com

Mi abuelo y yo. Fuente: www.ritapouso.com

Mi abuelo. Eres el hombre de mi vida, el que durante mi crecimiento ha desempeñado todos los roles que han vertebrado la evolución de mis genes. Has sido, eres y serás siempre la figura masculina imprescindible en mi vida. El taxista que más carreras ha hecho para llevarme al colegio y recogerme; el cocinero con más estrellas Michelin entre las paredes de nuestro hogar; el sherpa de mis mochilas repletas de libros y de mi guitarra; el guía de los viajes de Barcelona-Vigo en tren, coche o barco; el humorista de los chistes más repetidos de la historia; el cantante que más conciertos ha dado entre fogones y después del carajillo; el padre con “los hijos más guapos del mundo”; el abuelo con “los nietos más guapos del mundo” y el bisabuelo con “los bisnietos más guapos del mundo”.

Se ahorró la naturaleza la creación de otro ser humano para incluir mi figura de padre y abuelo en un solo cuerpecito. Y vaya ser. Tú no puedes ser humano, tú eres un superhéroe.

Amarte

El beso de Klimt en ruinas. Fuente: www.elespanol.com

El beso de Klimt en ruinas. Fuente: www.elespanol.com

Dime tú que no hubo amor en los besos que te di.
Dime tú que no sentiste la envoltura de mi piel, la que me arranqué para protegerte de las hienas.
Dime tú que no viste el corazón en mis pupilas, cuando me quedé sin voz por quererte doliendo.
Dime tú que no quise la mejor versión de lo que fuimos y que me conformé con medias mitades.
Dime tú que no te he dado todo lo que tenía, a pesar de no poder otorgarte mis huesos.
Dime tú que no te he abrazado sin dejar mis suspiros en tu alma.

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