Cada kilómetro que te alejes del radio de mi aire se resiente en mi pulso. Así, la aguja que cose tu mente y la mía me pincha si no te respiro.
Das pálpito a mis letras como las alas dan vuelo al águila y al tumulto de mis palabras lo emborrachas de destinos.
De súbito, sin evitarlo, el cauce se vuelve mar. Y un disparo de deseos me muerde el pensamiento. Ya van mil cerrojos rotos. Y te digo…
Las ideas se me enervan mientras los nervios idean.
Se equivocó la gravedad por este tiempo, pues tal es la energía que tu cuerpo desprende que me absorbes como un tronco sediento de fuego.
Que la constelación de tus ojos me vea como gacela en el bosque, labio en el beso y letra en el poema. Deseo.
Escrito el 26 de mayo de 2015.
O.
Los deseos, a veces, se cumplen. Entonces puedes ser gacela en unos labios, un beso en el bosque y hacer poemas sin letras.
Orion
Fuera del academicismo te sales.
Margarita
Gracias 😉