Hoy amanecí poeta
cuando al dejar mi melena al viento
me imaginé pájaros revoloteando por mi cabello
bailando con las ondas de salitre
que traigo de la playa.

Hoy amanecí poeta
cuando en el esponjoso pie de un bebé
vi cómo se detenían las olas del mar
para bañar con permiso, cautela y esmero
la piel suave recién nacida.

Hoy amanecí poeta
cuando en el repertorio de ocho horas seguidas de música
que mi vecina pone a todo volumen
encontré en una de esas canciones
un motivo para bailar y reírme de la vida.

Hoy amanecí poeta
cuando el sol de las nueve de la mañana
iluminó la alfombra vacía del comedor
que imaginé algún día llena de cuentos y juguetes
aliviando el peso de no ser madre, todavía.