- Título: Frutos extraños
- Autor: Leila Guerriero
- Editorial: Alfaguara
- Fecha: 2009
- Lugar: Madrid
El periodismo literario nace de la mano de escritores y periodistas que vieron en su vocación por explicar la realidad, la necesidad de hacerlo de forma bella. Esta corriente conocida como Nuevo Periodismo hace uso de recursos literarios, en teoría apropiados por la literatura de ficción, y los aplica a géneros periodísticos como la crónica, el reportaje y el retrato. Predecesores de esta marca de periodismo fueron Truman Capote, Tom Wolfe, Gay Talese y Gabriel García Márquez, entre otros, éste último como creador de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).
Es en los siglos XX y XXI cuando nos encontramos con los descendientes del Nuevo Periodismo. Martín Caparrós, Alberto Salcedo, Juan Villoro y Leila Guerriero, entre otros, se convierten en los autores que mantienen viva la llama del periodismo de mirada y voz de autor, de trabajo de investigación y contextualización, y de proceso de elaboración perplejo y creativo. La mencionada Leila Guerriero, nacida en Junín en 1967, es la autora del porqué de esta crítica literaria; la antología Frutos extraños. Ella: ganadora del Premio Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano por su trabajo “El rastro en los huesos” y editora de la revista Gatopardo. La antología: un formato en el que se siente a gusto y que vuelve a repetir en el 2013 con la publicación de Plano Americano.
La edición de 2012 de Frutos extraños que editorializa Alfaguara se divide en cuatro apartados que adquieren los títulos de “Crónicas y perfiles”, “Discusiones”, “Sobre el periodismo” y “Coda”. El libro es el resultado de una parte del trabajo periodístico de Leila Guerriero que, a pesar de datar desde 1992 con su entrada en el Suplemento Cultural de El País de Montevideo, presidido por su maestro Homero Alsina Thevenet, sólo ha incorporado los escritos realizados a partir del 2001.
“Crónicas y perfiles” abarca gran parte del libro, las primeras 300 páginas, y es un conjunto de dieciséis artículos de Leila Guerriero que ha publicado en revistas latinoamericanas como Página|12, Gatopardo, El Malpensante, La Nación y El Mercurio, y españolas como Lateral y el País Semanal. En ellos retrata la vida de seres humanos sacados, parece, de un cuento de ficción: Jorge Busatto, imitador de Freddie Mercury; Romina Tejerina, asesina de su bebé fruto de una violación; el Gigante González, ex jugador de baloncesto; Miguel Cisterna, reparador del telón del teatro Colón; Ale, el chino del supermercado del barrio de Guerriero; René Lavand, el mago de una sola mano; Facundo Cabral, cantante y compositor; Alberto Samid, el dueño de la carne argentina; Yiya Murano, la envenenadora de té; Homero Alsina Thevenet, escritor y maestro de Leila; el Equipo Argentino de Antropología Forense, rescatadores de identidades; Rock Down, un grupo de música conocido por su integrante con síndrome de down; la entidad Mary Kay, venta de productos de Avon; y Pedro Henríquez Ureña, abogado, doctor en filosofía y letras, ensayista, filólogo, humanista y profesor. Es en esta sección del libro donde Leila Guerriero se adueña de las pautas que las crónicas y los retratos deben seguir para abordar la realidad: un modesto uso de la primera persona, el rescate de una mirada fuerte y un punto de vista interesante, un buen trabajo de investigación previo a las entrevistas, y una prosa refinada y detallada que consigue trasladar al lector en tiempo y espacio. A través de estas crónicas y entrevistas la autora da excelentes lecciones sobre cómo se redacta el buen periodismo, fruto de saber observar y conseguir que el entrevistado acabe viéndose reflejado en su entrevistador, Leila Guerriero en este caso.
A partir de la muestra de los retratos de la periodista que no estudió periodismo, encontramos en Frutos extraños tres secciones constituidas por textos que permiten al lector ampliar su conocimiento en lo referente al mundo personal de la escritora.
En “Discusiones”, Leila Guerriero aborda temas de controversia social y lo hace con un poderoso dominio de la ironía. La periodista combina el uso de esta figura literaria con datos relativos a su infancia para sustentar así sus argumentos. Estos artículos, publicados la mayoría en la revista El Malpensante, poseen un alto grado de sentido común y están coronados por títulos del todo ingeniosos, como son “Diatribas contra los guerreros del mijo”, “Me gusta ser mujer… y odio a las histéricas”, “La pesadilla de los city tours” y “El no es un peligro vivo”.
Mientras que en el primer apartado Guerriero demuestra con su escritura lo capaz que es de describir el entramado de planos a los que su oficio le enfrenta (panorámicas, primeros planos, planos medios, primerísimos primeros planos), es en “Sobre el periodismo” donde Leila cita textualmente las mentiras que con frecuencia se vinculan al periodismo. Lo transmite en el antepenúltimo apartado del libro, sin adornos y con argumentos que dejan entrever el grado de coherencia suprema que la autora posee. Una coherencia que hace que Guerriero ejerza su profesión con matrícula de honor.
Leila Guerriero, como heroína de la prosa, como superhéroe del periodismo, rescata la realidad. Elige el artículo “Coda”, publicado en el 2008 en el Suplemento Babelia de El País, para ser el colofón a la antología. En poco más de 50 líneas, la periodista establece los mandamientos del periodismo en una enhebrada alegoría a través de la música. Pues se dirige a los periodistas y les dice: “debe quedar muy claro cuando termina el silencio y cuando comienzas tú”. Prosigue con un “debes obtener un sonido que no sea sólo color, sino también sustancia”. La última idea remarca: “debes tener el coraje de hacer el crescendo como si fueras a saltar y, en el último momento, como en el precipicio, no saltas”.
Frutos extraños irradia cultura dado a su calidad literaria. La curiosidad de Leila Guerriero por conocer desemboca en una observación modesta y profunda de su entrevistado y de los ambientes que le rodean. Leila, además, se convierte en el vehículo de la propia historia y sabe modular el arte de lo que no se dice. Así consigue que toda imagen que el lector pueda hacerse de las crónicas y retratos vuele, atraviese la cárcel del papel y disfrute de la libertad en la imaginación del lector.
Un ejemplar como el de Frutos extraños debería editarse en formato para eBooks, e-Readers, libros de bolsillo y libros de tapa dura. Es equiparable al Diccionario de la Real Lengua del Periodismo. Leila Guerriero: un fruto extraño.
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