La lectura, al contrario de la escritura, es un placaje al desamor. Un buen libro acaricia el gato del dolor, lo adormece mientras en Utopía, Wislawa Szymborska te fulmina con: “Si hay alguna duda, el viento la disipa”. Y aquí en Cádiz hay mucho de eso, de viento. Levante, poniente. Y de duda, también. Me quiere, no me quiere: el deshoje de la margarita.
La escritura, al contrario de la lectura, aviva el ronroneo del gato del dolor y te regala un viaje de vuelta a los cajones vacíos, el reloj biológico, el silencio en el piso, la última nota en la mesa, la aguja en el esternón, las llamadas de socorro, el haiku frío.
Abril; solo tú
traes un gélido invierno
en primavera.
Ivana
Bellísimo haiku. ❤️