Registan es el corazón de Samarcanda. La plaza fue la bomba muscular de la Ruta de la Seda y el punto de encuentro de eruditos, científicos y mercaderes. Embriagada en el imaginario de la antigua ruta comercial de Asia Central, el ruido de las obras de rehabilitación de este patrimonio me abofetea el sexto sentido que a punto estaba de presentarme a un desaliñado y atractivo Marco Polo.
En la madraza Sher-Dor, una de las tres que conforman la plaza, está Clara. Vestida en tonos terráqueos, tiene anudado en la cabeza un pañuelo al que le otorga la función de diadema, viste la camiseta marrón de la Expedición y unos shorts holgados que facilitan los andares bajo un sol espléndido y decidido acompañante de los obreros que trabajan en las tareas de rehabilitación del Registan. Sus rayos expresan su apoyo con palmaditas de 40 grados en las espaldas.
Clara ha estudiado periodismo. Entre sus pasiones destacan la lectura y el viaje. Se encuentra en un proceso de búsqueda interior a través del cual pueda definirse laboralmente. Lo expresa con un entusiasmo invadido levemente por la ansiedad del futuro. Son muchos los campos periodísticos que contempla y que le atraen. En el momento de la entrevista, comenta lo “mucho, mucho, mucho” que está trabajando para asegurarse el viajar. Tiene la esperanza de que las prácticas de la carrera le impulsen hacia la salida profesional que más le satisfaga personal y emocionalmente.
¿Qué es para ti la felicidad?
La felicidad. Es muy difícil eso de explicar. Para mí la felicidad ocurre cuando lo bueno pesa más que lo malo y, sobre todo, cuando sientes que todo lo que tú estás haciendo y que todas las personas que te rodean te inspiran amor. Para mí felicidad es sinónimo de amor. Y, a la vez, amor para mí es la energía más grande que hay. Y puede ser amor por viajar, amor por leer, amor por la gente, amor por lo que haces. Para mí la felicidad es el amor. Y si tú tienes una dosis alta de amor y realmente valoras, disfrutas y vives lo que haces y a las personas que quieres, también te vas conociendo a ti misma. Te vas encontrando, te vas puliendo un poco. Vas encontrando tus defectos, tus virtudes. Encuentras ese equilibrio. Para mí eso es felicidad.
(Clara, Uzbekistán. 2 de julio de 2015)
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